El empleo productivo y el trabajo decente son factores clave para alcanzar una globalización justa y
reducir la pobreza.
La OIT ha elaborado un programa para la comunidad del trabajo que se basa en la creación de empleo, los
derechos en el trabajo, la protección social y el diálogo social,
con la igualdad de género como un objetivo transversal.
Colocar la creación de empleos en el corazón de la elaboración de las políticas económicas y
de los planes de desarrollo, no sólo permitirá crear oportunidades de trabajo decente,
sino también un crecimiento más sólido e inclusivo que permitirá reducir las desigualdades.
Es un círculo virtuoso que beneficia tanto a las economía como a la población y es un motor del
crecimiento sostenible.